Por Rose Mary Salum
Título: 83 novelas
Autor: Alberto Chimal
Año: 2010
“Los mundos narrados son pequeñísimos en la página pero se amplifican en la imaginación” advierte Alberto Chimal en lo que se podría calificar como el prólogo a un libro de narrativa breve, de una twitteratura. No tiene mucho tiempo que empecé a observar las aportaciones en twitter de este autor. La creatividad que desbordaban sus micro relatos, llamaron mi atención y la de diversos medios. Lo que prometía ser un territorio para compartir enlaces y pensamientos, se convirtió en un taller de creación literaria. Las historias presentadas en este libro son el producto de ese ejercicio contenido dentro de la estructura que sentencia la red social que los vio nacer: 140 caracteres. Y sin embargo, eso no representa una limitación para Chimal quien se regodea en escenarios visuales y acústicos que continúan su trayecto hasta la mente del lector como se pone en evidencia en su cuento “Crawl”:
“El nadador llegó veloz al borde de la alberca. No se detuvo y siguió braceando a través del concreto. Ahora continúa por tu cabeza.”
Más que un pasatiempo o la sensación de estar en compañía, twitter ha dado muestras de maleabilidad, específicamente para autores como Chimal quienes al igual que otros escritores como Cristina Rivera Garza o Ruy Feben, lo han convertido en un laboratorio de expresiones penetrantes y estéticas. 83 novelas nos habla de eso y de otros tantos personajes que se ven cercados por fronteras limitadas. El espacio es breve, el territorio desafiante y a pesar del apremio verbal, pequeños puntos intermitentes por un ritmo ajeno y apropiado—cual pequeños alephs—surgen como manantiales de infinitos, como cápsulas de imaginación, como figuras estéticas. Y si el espacio pareciera finito, sus geografías se amplifican en otro universo además del que las contiene, las 83 novelas, que en realidad no son 83 sino doscientas o mil o las que el lector quiera conceder porque de ellas vendrán otras y este experimento solo empieza, se sostiene como un libro que intenta rastrear otras geografías de la creatividad.
El libro se divide en tres "Muchedumbres" vinculados por "Libros" y "Aventuras". Es un trabajo experimental—que se nutre de la tradición de la novella: esa breve historia cuyos personajes habitan la cotidianeidad— desde su concepción hasta su distribución en línea. “Toda cuenta de Twitter es una especie de laboratorio de escritura que solo se puede dar leyendo ahí: en tiempo real..” recientemente comentaba el autor. En efecto, 83 novelas es el resultado que comienzan a arrojar las redes sociales, como lugares de experimentación artística. ¿Será éste el inicio de un nuevo género? O tal vez es sólo su perpetuación. Eso aún está por verse.