Por Rose Mary Salum
Autor: Marion Oettinger
Título: Tesoros del arte popular mexicano
Editorial; Arte Público Press & Artes de México
Año: 2010
En 1928 el Art Center de Nueva York, organizó una exhibición de bellas artes y artes aplicadas curada y organizada por una mujer oriunda de Texas y amante de la artesanías de México. Este acontecimiento, aparentemente intrascendente, disparó el interés de muchos de sus visitantes, entre ellos el de la mismísima Abby Rockefeller, la madre de Nelson Rockefeller. Fue Abby, quien a partir de esta exhibición inculcó el gusto por el arte mexicano a su hijo. Sus conversaciones sobre el tema pasaron a la posteridad en el intercambio epistolar que mantuvieron mientras él realizaba sus estudios. Al cabo de unos años este gusto por lo estético, desembocó en una de las colecciones más importantes del mundo. Con la primera visita de Nelson Rockefeller a México en 1933 se da inicio a una colección de artesanías mexicanas que se forma dentro de un pasaje de la historia muy específico: “México ocupa un lugar único en el contexto de las artes populares contemporáneas”, explica Avon Neal en la introducción del libro Tesoros del arte popular mexicano . “Después de la Revolución Mexicana en 1910, una ola de autoafirmación recorrió todos los niveles sociales” y fue motivada por el ambiente nacionalista surgido en el país a partir de los años veintes. Las décadas de los 30 y 40´s resultaron ser años especialmente activos e interesados por la cultura popular mexicana, es decir, se comenzó a notar una serie de movimientos alrededor de este arte que provocaron el interés de otros países, específicamente de los Estados Unidos. Las exposiciones alimentaron el interés y las ventas de estos objetos en locales especializados canalizaron el movimiento que las exhibiciones habían comenzado a provocar. Las ventas aumentaron y con ellas el valor de los objetos adquiridos por devotos aficionados. El marcado interés que mostró Rockefeller sobre estas expresiones artísticas, formaron lo que hoy se conoce como la Colección Nelson A. Rockefeller y suma más de tres mil obras de arte popular.
Hoy, por primera vez, Arte Público en colaboración con Artes de México publican--con la traduccción de María Palomar.-- la primera edición de Tesoros del arte popular mexicano en donde están reunidos los objetos artesanales más representativos que Nelson Rockefeller adquirió a lo largo de su vida. Los objetos de su colección van desde cajas de Olinalá y óleos sobre láminas de lata hasta los famosos marcos de hojalata de vidrio y los árboles de la vida y la muerte realizados en barro cocido. Cada pieza va acompañada con una imagen y un análisis detallado de la figura presentada así como de las tradiciones o movimientos que llevaron a la creación de estos objetos y sus influencias más cercanas. Asimismo, el libro nos muestra imágenes del mismo Rockefeller conversando directamente con los artistas o escogiendo las obras que pronto formarían parte de su lista. Llama nuestra atención algunas piezas destacadas como es el caso de un baúl de madera el cual posiblemente fue un encargo para John D. Rockefeller. Además de las obras realizadas en barro negro destaca el cántaro realizado por Doña Rosa Real de Nieto. Entre las figuras hieráticas sobresalen las muñecas realizadas en 1930.
Tesoros del arte popular mexicano presenta no sólo una colección de por sí importante por su visión artística, o incluso por la naturaleza de su coleccionista; sino por ser un testimonio histórico que aglutina en su propia formación un argumento vivo de una de las expresiones artísticas más populares y genuinas de México.
Gracias por la buenìsima reseNa querida RoseMary,
ReplyDeleteAlberrto Ruy Sànchez