Sunday, February 27, 2011

Todo ángel y su estética

Por Rose Mary Salum


Autor: Ethel Krauze y José Antonio Martínez
Título: Todo Ángel es terrible
Editorial: Artes de México, 2010


Artes de México, en colaboración con la Galería Patricia Conde y la editorial Scivias, han publicado Todo Ángel es terrible, un hermoso libro de fotografías de José Antonio Martínez y un cuento de Ethel Krauze. La fotografía y la escritura nos permiten acceder a "fragmentos excepcionales del mundo para contemplarlos" reza la misión de la serie "Luz portátil" y no podríamos estar más de acuerdo.


José Antonio Martínez, quién se ha inclinado por el tema de las aves y un estudio exhaustivo de sus posibilidades estéticas,  presenta imágenes en donde el observador puede encontrar una suerte de expresiones de fragilidad y muerte, de suavidad y desmembramiento, de contrastes y unanimidades. Las texturas que ofrecen sus fotografías, sus colores y los pájaros muertos, vivos, desmembrados, en diálogo o en actitudes amorosas, provocan una experiencia visual que deambula entre la belleza y lo perturbador, la curiosidad y la cautela. Nadie lo podría describir mejor que Patricia Conde quien dice del artista: “[José Antonio Martínez] consigue que seamos apenas capaces de soportar lo bello como un principio de lo terrible". 


La riqueza de emociones conversan silentes provocando en el espectador otra espiral de binomios que lo obligan a volver una y otra vez al encuentro con estas aves. Una historia permanece latente en cada una de ellas: es el recuento de una vida inherte de la que brotan-- invariablemente-- una serie de preguntas. No hay respuestas, el imaginario de cada observador debe completar la historia hasta su final. Ni siquiera el relato de Ethel Krauze publicado al inicio de este libro puede surtirnos con ellas. Tal vez, como sucede con el personaje de su cuento, nunca sabremos si de verdad hemos hablado con los pájaros -- esos animales que yacen pasivamente para satisfacer nuestro voyerismo--, pero el misterio permanecerá y quedará perpetuado el número de veces que el visitante recorra sus páginas.


El título del libro aglutina la experiencia que el lector tiene al hojear sus páginas. La inocencia de las aves muertas o incluso, algunas de ellas mutiladas,  proporcionan una estado de ambigüedad, que como ya dijimos, deambulan entre los opuestos: belleza y terror. 


Cabe añadir que la belleza no es exclusiva de las imágenes de Martínez o la narrativa de Krauze, sino que se extiende hasta el libro como objeto. De nuevo celebro la atinada idea de Artes de México de hacer convivir dos disciplinas que entablan un balance armonioso en la apuesta editorial de “Luz portátil”.

Monday, February 21, 2011

Otra Latinoamérica


Por Malva Flores

Antología realizada por: Rodolfo Mata y Regina Crespo
Título: Alguna poesía brasileña. 
Editorial:  UNAM, México, 2009. 
Prólogo: Rodolfo Mata

Resulta común pensar la poesía brasileña del siglo que recién terminó como un puñado de nombres que nuestra memoria sitúa ligados al movimiento de vanguardia o a la tan recordada “Semana de Arte Moderno”, que se efectuó en São Paulo durante el mes de febrero de 1922 y de donde surgió, para la poesía brasileña, el nombre de Oswald de Andrade y, posteriormente, los de Cecília Meireles, Murilo Mendes, Drummond de Andrade y João Cabral de Melo Neto, por mencionar a los más representativos. Más acá, Décio Pignatari y los hermanos Augusto y Haroldo de Campos –unidos al movimiento de la Poesía Concreta del grupo Noigandres– nos son también familiares y conocidos. Después de ellos, el lector común de poesía en México se había enfrentado, hasta hace poco, a un desierto de ediciones que, gracias a la traducción a nuestra lengua, nos permitiera acercarnos a la poesía más reciente del Brasil.

Como bien lo señala el excelente prólogo de Alguna poesía brasileña, son pocas las traducciones de poetas brasileños en nuestro país. Así también, y más allá de las selecciones publicadas por Ángel Crespo, Miguel Ángel Flores o Bela Josef, son muy escasas las antologías de esta poesía en nuestra lengua. Esto ha cambiado un poco en el nuevo siglo y podemos encontrar algunas de ellas publicadas en Argentina o España y más recientemente, en 2007, Caos portátil. Poesía contemporánea de Brasil, editada en México por Ediciones El Billar de Lucrecia.

Consignando a 25 autores, cuyas fechas de nacimiento van de 1935 a 1963, Alguna poesía brasileña presenta un amplio espectro que permite al lector conocer y reconocer, en las propuestas más recientes, una línea conductora: origen tal vez de una renovación del ecosistema poético brasileño que, como advierte el prólogo, “se encuentra en un momento de valoración y revisión de los orígenes de su modernidad, el canon surgido de la Semana de Arte Moderno y los encuentros y desencuentros con los papeles fundamentales que jugaron las vanguardias como el Concretismo y la llamada poesía marginal”.
                           
Jugando con un título que me gusta porque se niega a ofrecer una visión totalizadora que dejaría de lado el elemento esencial de la poesía: su particularidad, esta antología discute, critica o dialoga con otras selecciones y prólogos. Nos ofrece un panorama de las tensiones al interior de la poesía brasileña y, también, la solución de continuidad en sus diversas vertientes. Su atinado deslinde en medio de la abrumadora vastedad del panorama poético brasileño conforma un entramado consistente que recoge, pero también selecciona y distingue, las voces que a juicio de los antologadores representan no un solo camino o una tendencia única, sino el crisol de posibilidades en el vitral de la poesía de aquel país 


La antología se vuelve entonces una plaza, un sitio donde conversan las palabras pero también las visiones. Y podemos oír aquellas que se expresan desde la escritura de corte social o el coloquialismo hasta las que reconfiguran la palabra poética como un salto en el abismo de la forma, aunque esta forma pueda ser concebida también como la letra de una canción. Poema, metapoema, música, imagen e historia dialogan para hacernos evidente un espacio con nombre talismánico: Brasil. Pero también, platican con nosotros, nos ayudan a ver las afinidades y discrepancias con nuestra propia tradición poética. Podemos reconocer entonces las palabras de Antonio Carlos de Brito, Cacaso, cuando dice que el poeta no se conforma con desconocer todas las formas de Ricardo Aleixo nos recuerda que “La poesía es pan (para / el espíritu, dicen) pero atención: / el panadero de la esquina obesa / vive de lo que hace; el más / fino poeta, no. [...] / Los poetas (puesto que viven / de brisa) hacen del No, thanks / su estribillo.”

Hasta aquí el esqueleto y paisaje de este volumen que resulta esencial para entender; y subrayo esta palabra porque entender es una forma de hacer visible lo que nos rodea y lo desconocido. A eso aspira la poesía en su sentido más dilatado, en sus más anchurosas vertientes.

Debo decir que tuve el privilegio de leer este libro antes de que fuera publicado. La generosidad de sus autores me permitió conocer el intrincado proceso de su confección, la apasionada tentativa por hacer de un cuerpo de palabras, una figura asible y por lo tanto, nuestra. Con la curiosidad de quien todo desconoce fui testigo de las múltiples versiones: acercamientos al animal poético que a veces parecía huidizo, áspero, hasta que se reconciliaba con su perseguidor y surgía –al fin a nuestros ojos– el poema.
Si la poesía es otra forma de leer el mundo, traducirla es releerlo, pero también escribirlo de nuevo, presentarlo ante nosotros transparente, mas vestido con nuestra carne, con nuestras palabras. “Entender es traducir”, ha dicho George Steiner. Escribir es traducir: hacer visible.

Thursday, February 3, 2011

Árabes en Latinoamérica


Por Ezio Neyra

Título: Almalafa y Caligrafía. Literatura de origen árabe en América Latina
Editora invitada : Rose Mary Salum 
Director: Isaac Goldemberg
Editorial: Revista Hostos Review  Número 7 /  New York, 2010.

El más reciente número de la Hostos Review/Revista Hostosiana está dedicado a la literatura de origen árabe en América latina. Bajo el sugerente título Almalafa y caligrafía, se incluyen textos de más de cuatro decenas de autores. Lo primero que llama la atención es la amplia diversidad de la muestra. No sólo porque hay desde autores nacidos en los años diez del siglo pasado, como el chileno Mahfud Massis (1916), hasta otros nacidos en 1979, como el hondureño Rolando Kattán, o en 1981, como el boliviano Rodrigo Hasbún; sino también por su variedad genérica: se recogen trabajos de narrativa, ensayo, poesía y memorias. Almalafa y caligrafía se presenta entonces como una muestra de generosa diversidad que acopia materiales de autores descendientes de una de las migraciones, la árabe, menos estudiadas dentro de los estudios literarios en castellano.

Quizá como consecuencia del sistemático intento, principalmente desde cierto sector de la intelectualidad española, por olvidar cualquier influencia árabe en sus predios; esta tradición ha tendido a ser marginalizada. Pero el entierro al que se le pretendió someter está lejos de haber sido exitoso. Basta recorrer el sur de la península, hacer un recuento de las palabras provenientes del árabe, visitar los focos migratorios árabes en Latinoamérica o leer ciertos libros de Juan Goytisolo para, sin mucho esfuerzo, darse cuenta de la vital gravitación que esta tradición ha tenido en la construcción de nuestra identidad como hispanohablantes, y para notar que se trata de un legado que se mantiene vivo en este lado del Atlántico.

Aunque en América la inmigración árabe no sea tan antigua como en la península ibérica, ambas regiones guardan en común el haber descuidado la incorporación de dichas manifestaciones culturales dentro de sus respectivos cánones. Esto pareció cambiar gracias al éxito internacional del poeta libanés Gibran Khalil Gibran, quien, en las primeras décadas del siglo XX, fue uno de los pioneros de la literatura de origen árabe escrita en inglés; pero tras él nuevamente décadas sombrías hicieron su aparición. No fue sino hasta los ochentas en que, en suelo norteamericano, seriamente comenzó a prestarse atención al legado árabe. Fue la década de las primeras antologías y encuentros literarios, que contribuyeron a la emergencia de dicho campo de estudio, y que vería un gran crecimiento a partir de la siguiente década, en la que el número de antologías dedicadas a la literatura árabe escrita en inglés sufre un incremente significativo.

Es dentro de esta historia desde donde se debe leer la presente antología, preparada pulcramente por Rose Mary Salum. En su prólogo, la autora hace un repaso por publicaciones anteriores, similares aunque de menor ambición, que lidian con la literatura de origen árabe en América Latina. A diferencia de Norteamérica, en donde se le ha prestado mucha mayor atención, Latinoamérica aún tiene una deuda pendiente por incorporar lo árabe en su tradición, y Almalafa y caligrafía es una excelente iniciativa en el afán por, en palabras de la antóloga, “encontrar la raison de être de una cultura cosmopolita en el siglo XXI […] y de indagar en el ser mismo, develar su naturaleza y encontrar las circunstancias que han conformado a esta cultura, qué orígenes la han impactado y cuál ha sido el resultado de este collage que tiene su punto de encuentro en gente latina con descendencia árabe.”