Por Rose Mary Salum
Autor: Ethel Krauze y José Antonio Martínez
Título: Todo Ángel es terrible
Editorial: Artes de México, 2010
Artes de México, en colaboración con la Galería Patricia Conde y la editorial Scivias, han publicado Todo Ángel es terrible, un hermoso libro de fotografías de José Antonio Martínez y un cuento de Ethel Krauze. La fotografía y la escritura nos permiten acceder a "fragmentos excepcionales del mundo para contemplarlos" reza la misión de la serie "Luz portátil" y no podríamos estar más de acuerdo.
José Antonio Martínez, quién se ha inclinado por el tema de las aves y un estudio exhaustivo de sus posibilidades estéticas, presenta imágenes en donde el observador puede encontrar una suerte de expresiones de fragilidad y muerte, de suavidad y desmembramiento, de contrastes y unanimidades. Las texturas que ofrecen sus fotografías, sus colores y los pájaros muertos, vivos, desmembrados, en diálogo o en actitudes amorosas, provocan una experiencia visual que deambula entre la belleza y lo perturbador, la curiosidad y la cautela. Nadie lo podría describir mejor que Patricia Conde quien dice del artista: “[José Antonio Martínez] consigue que seamos apenas capaces de soportar lo bello como un principio de lo terrible".
La riqueza de emociones conversan silentes provocando en el espectador otra espiral de binomios que lo obligan a volver una y otra vez al encuentro con estas aves. Una historia permanece latente en cada una de ellas: es el recuento de una vida inherte de la que brotan-- invariablemente-- una serie de preguntas. No hay respuestas, el imaginario de cada observador debe completar la historia hasta su final. Ni siquiera el relato de Ethel Krauze publicado al inicio de este libro puede surtirnos con ellas. Tal vez, como sucede con el personaje de su cuento, nunca sabremos si de verdad hemos hablado con los pájaros -- esos animales que yacen pasivamente para satisfacer nuestro voyerismo--, pero el misterio permanecerá y quedará perpetuado el número de veces que el visitante recorra sus páginas.
El título del libro aglutina la experiencia que el lector tiene al hojear sus páginas. La inocencia de las aves muertas o incluso, algunas de ellas mutiladas, proporcionan una estado de ambigüedad, que como ya dijimos, deambulan entre los opuestos: belleza y terror.
Cabe añadir que la belleza no es exclusiva de las imágenes de Martínez o la narrativa de Krauze, sino que se extiende hasta el libro como objeto. De nuevo celebro la atinada idea de Artes de México de hacer convivir dos disciplinas que entablan un balance armonioso en la apuesta editorial de “Luz portátil”.
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